Aunque no es un tema habitual de este espacio, se ofrece a continuación un comentario del último fruto de las reuniones anglogermanas sobre Calderón, con la esperanza de que sea de alguna utilidad. Celebrado en Wroclaw (Polonia, 2008), esta reunión ha dejado un buen número de estudios sobre su obra y su tiempo, especialmente en relación con otros ingenios del momento.
La primera parte puede consultarse en este enlace.
TIETZ, M., y ARNSCHEIDT, G. (en colaboración con BACZYNSKA, B.), Calderón y su escuela: variaciones e innovación de un modelo teatral. XV Coloquio Anglogermano sobre Calderón (Wroclaw, 14-18 de julio de 2008), Stuttgart, Franz Steiner, 2011. [Archivum Calderonianum 12] ISBN: 978-3-515-09661-4. 553 pp.
Recopilación de las aportaciones presentadas en la XV edición del Coloquio Anglogermano celebrado en tierras polacas. Los 31 trabajos publicados –con excepción de algunos que se alejan de Calderón– poseen entradas individuales. A ellos se suma el prólogo inicial de los editores y la crónica de una mesa redonda en conmemoración de los 40 años de los coloquios calderonianos en la que participaron Dietrich Briesemeister, A. Robert Lauer, Alan K. G. Paterson, Maria Grazia Profeti, Florian L. Smieja y M. Tietz.
Se presenta aquí la segunda parte del comentario. Acceda a la primera en este enlace.
*HERNÁNDEZ ARAICO, S., «Sor Juana y sus graciosos II: Los empeños de una casa y la herencia de Calderón», pp. 275-286.
Este trabajo estudia la relación entre los graciosos y otros criados de la comedia sorjuanina y tres textos de Calderón: Los empeños de un acaso, Casa con dos puertas y El escondido y la tapada. En su comedia de capa y espada, Sor Juana privilegia las funciones irónicas de contraste y ruptura de la ilusión dramática por parte de los graciosos, y retoma algunos elementos de las citadas comedias calderonianas: el disfraz de mujer de Castaño, la manipuladora criada Celia, etc. Así se manifiesta que, junto a la incorporación de todo el abanico de elementos del género de capa y espada, la deuda de Sor Juana es mayor con Calderón que con Lope, Tirso y otros ingenios.
*JUNG, U., «Calderón y el teatro de Sor Juana Inés de la Cruz: Transvestismo y metateatro en el Festejo de Los empeños de una casa», pp. 287-295.
Aunque la comedia Los empeños de una casa y el Festejo que la acompaña (compuesto por una loa, tres canciones que preceden cada jornada, dos sainetes para los entreactos y el Sarao de cuatro naciones final) presentan un marcado influjo calderoniano, Jung afirma que también va más allá de su modelo al adaptarlo a su propio contexto. La principal diferencia radica en el uso del «transvestismo» (hombre disfrazado de mujer) y los procedimientos metateatrales, de acuerdo con la idea de Sor Juan de que «el género se concibe como papel teatral y disfraz» (p. 294).
*KUMOR, K., «Variación e innovación del modelo calderoniano en el teatro cortesano de Francisco Bances Candamo», pp. 297-308.
Este acercamiento a la producción dramática de Bances Candamo parte de la relación que presenta con el teatro cortesano y, en particular, con el arte calderoniano. De inicio, la insistencia en el concepto de decoro (dramático y moral) supone «si no la variación e innovación del modelo calderoniano al menos su intensificación y radicalización» (p. 298). A ello puede sumarse su afán didáctico y moralizador, o la lucha del individuo contra el destino explicado por razones humanísticas (y no religiosas o morales). Todo ello se explica porque con su obra Bances pretendía imponer un nuevo modelo de comportamiento, más riguroso, dominado una serie de ideas a caballo entre dos siglos.
*LAUER, A. R., «El teatro barroco de Juan de Zabaleta, continuador de Calderón», pp. 309-327.
Del catálogo de diez puntos que diferencian el teatro de Zabaleta del modelo de Calderón (la ausencia de la figura del rey, la comprensión y prudencia del actante viejo, la ausencia de idealización de la mujer…) Lauer se centra en el análisis del personaje masculino y sus variantes (viejo, galán enamorador, amante constante, figura honorable, súbdito impúdico y el personaje eco), para concluir que las obras de Zabaleta son eminentemente morales y didácticas, pero también «innovador y moderno», por lo que «elimina lo heroico y estrambótico del drama calderoniano» y se aproxima a la práctica del siglo XVIII (p. 321). Incluye un apéndice con las comedias y piezas breves de autoría única, colaboraciones, atribuciones y prosa.
*LOBATO, M.ª L., «De Calderón a Moreto: diálogos de una transformación», pp. 329-342.
En una cala en las relaciones entre Calderón y Moreto, Lobato se detiene en el tema del paso de la adversa a la próspera fortuna y la responsabilidad del hombre en sus acciones como eje. En concreto, en La vida es sueño de Calderón, La fingida Arcadia de Calderón y Moreto y El licenciado Vidriera de Moreto, centra su mirada en el tratamiento del enfrentamiento del individuo con una sociedad que les hace responsables de sus propias desdichas en base a agüeros y pronósticos.
*MANSBERGER AMORÓS, R., «Eco y Narciso, de Calderón de la Barca, y los “universales” del Barroco», pp. 343-354.
Un detenido comentario teórico acerca del concepto de los universales del Barroco, que organizan la estructura de base compartida por el público culto de los siglos XVI a XVIII, como la preferencia por las simetrías y la dualidad entre la imagen y la voz. A la vez, sostiene la creencia de que muchos textos áureos pueden leerse en el fondo cual tratados de prudencia. Desde esta perspectiva, la comedia Eco y Narciso es considerada un buen exponente de los universales barrocos.
*MARTINENGO, A., «Pietro Monti (1794-1856), traductor e intérprete de Calderón y Rojas: Un hito en el primer calderonismo italiano», pp. 355-366.
Este trabajo presenta la vida y obra de Pietro Monti (1794-1856), sacerdote y uno de los primeros hispanistas italianos. A él se debe la traducción de diversas piezas calderonianas y de otros ingenios, precedidas de unos prólogos donde se adhiere a ciertos principios del neoclasicismo y una apertura hacia teorías románticas. Martinengo destaca que fue el responsable de divulgar los importantes temas críticos y metodológicos de la historia y la literatura de España, cuyo interés en Italia todavía estaba. despuntando.
*NEUSCHÄFER, H.-J., «Calderón 2008. ¿Cómo acercarle sin falsificarle? El ejemplo del Médico de su honra», pp. 367-378.
Con unas interesantes reflexiones acerca de la recepción actual de Calderón da inicio Neuschäfer a su estudio. Considera que los cambios socioculturales han alejado al público del poeta, si bien la herencia calderoniana sigue todavía viva, aunque no se perciba. Según él, las piezas más difíciles de acercar al público son los dramas de honor, cuyo carácter ambiguo e incluso contradictorio se resuelve a veces en un inmediato rechazo. Por eso, defiende que estas piezas, por ejemplo El médico de su honra, deben ser salvadas de ser injustamente interpretadas, descartadas u olvidadas, manteniendo para ello vivas sus contradicciones y evitando simplificaciones sobre el «mito de un Calderón inflexible en materia de honor» (p. 373).
*PACHECO, A., «Visiones musicales de Calderón en el siglo XVIII: la reescritura musical para Los tres efectos de amor y Eco y Narciso», pp. 379-402.
Gracias a que en el siglo XVIII se ha conservado una mayor cantidad de partituras musicales, se pueden analizar las composiciones musicales diseñadas para Los tres afectos de amor y Eco y Narciso, algunas de las cuales se hallan en el Manuscrito Novena. Otras, conservadas en la Biblioteca Histórica de Madrid (antigua Biblioteca Histórica Municipal de Madrid), se deben a Manuel Ferreira y Francesco Corradini. Tras el comentario, se concluye la creciente importancia de la música dentro de los escenarios dieciochescos y defiende que, a partir de ella, puede reconstruirse la música que se empleaba para obras del siglo XVII, toda vez que sus recursos pervivieron. Incluye un apartado de anexos con los pasajes cantados de las piezas comentadas.
*PATERSON, A. K. G., «Calderón, Grotius y el Diablo: un modelo humanístico en El pintor de su deshonra (auto)», de 2008), pp. 403-413.
Volviendo sobre la impronta que el humanismo del norte de Europa tuvo en la formación intelectual de Calderón, Paterson propone un contacto entre el intelectual Hugo Grotius y Calderón. En concreto, aprecia una serie de contactos entre el monólogo que sirve de apertura al auto El pintor de su deshonra y la tragedia Adamus Exul (Adán exiliado) de Grotius. Esta relación se manifiesta en la forma (el monólogo incial) como en la materia (el motivo del origen astral del ángel rebelde). Y más allá del curioso contacto, vincula el auto con el subgrupo literario conocido como «los dramas de Adán» y le permite ampliar y enfatizar el papel del demonio por encima del estereotipo.
*PROFETI, M.ª G., «Calderón en las reescrituras de Gozzi», pp. 415-434.
En el marco de la presencia del teatro de Calderón y sus adaptaciones en la Italia del siglo XVIII, en un momento en que su recepción en España se debatía entre la admiración y el rechazo, Profeti se detiene en las «commedia spagnolesche» de Gozzi. Se trata de reescrituras de textos españoles realizadas entre 1676 y 1803 por un autor que, al margen de beber de otros ingenios, retoma cuatro obras calderonianas (El secreto a voces, Gustos y disgustos son no más que imaginación, Eco y Narciso, La hija del aire), y su gusto anticipa la cercana pasión romántica que revalorizará el teatro áureo.
*ROIG TIÓ, M., «La escena sacramental en el XVIII: en torno a El pleito matrimonial», pp. 449-460.
Después de unas notas sobre la estructura de El pleito matrimonial del cuerpo y el alma, Roig analiza los cambios que Antonio de Zamora realiza en su versión del texto, que fue representado en diversas ocasiones en lugar del original. El resultado es –en nomenclatura de García Ruiz– una sobreescritura que introduce versos en recitativo, arias y coplas, pero sin modificar sustancialmente la estructura de la pieza. Así, Zamora ha tratado de mantener la tripartición del autor y las estrofas originales, pero por otro lado explica algunos conceptos, explota algunos rasgos espectaculares y añade algunos personajes con lo que también daña paralelismos y simetrías propios del auto.
*SCHLIEPER, H., «Matasanos y salvador. El médico y la medicina como variaciones teatrales en Calderón», pp. 461-481.
Los vínculos entre medicina y literatura se remontan a la Antigüedad y llegan hasta el Siglo de Oro. Así, no sorprenden las referencias a la medicina que se encuentran en el teatro de Calderón. Estas se clasifican en: la sátira médica en el teatro cómico breve, la metáfora bíblica de Cristo como médico en el género sacramental (El veneno y la triaca, La cura y la enfermedad), y la medicina como metáfora referente al código del honor en El médico de su honra, categorías que Schlieper comenta en diálogo con la tradición anterior.
*TRAMBAIOLI, M., «La escritura en colaboración en El pastor Fido de Solís, Coello y Calderón», pp. 493-521.
La amplia recepción de Il pastor Fido de Giovan Battista Guarini, Trambaioli analiza la influcienca teatral manifiesta en El verdadero amante y La Arcadia, de Lope: en contraste con la primera en la segunda Lope lleva a cabo un ejercicio de énfasis en la comicidad. Más adelante, se centra en El pastor Fido, comedia escrita en colaboración por Solís, Coello y Calderón, que, si bien recupera elementos del original italiano, cada jornada manifiesta ciertas deudas con las anteriores etapas en esta cadena de reescrituras.
Adrián J. Sáez // Anuario Calderoniano